Bienvenidos al Cuaderno de bitácora de caminos y viajes insólitos rayanos en el onirismo.

Caravaneros en nitrógeno líquido o cómo bajar los kilos y las uvas con una buena Peña verde (¿será esto gente cachonda?).

martes, 25 de enero de 2011

SÁBADO, 1 DE ENERO DE 2011

1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11 y 12. No, no es un maaaaaaaambooooo, hia.
Es el viejo grito ancestral: ¡Feliz Año Nuevo! Churretes de la vendimia maculan nuestras barbillas y trajes nocheviescos. Y qué mejor para celebrarlo con una buena fiestuki de musiquita y bebidas espirituosas. Estas últimas serían recordadas al cabo de unas horas, cuando, con el masoquismo que nos caracteriza, decidimos que la mejor terapia para reducir el encebamiento adquirido en las Fiestas del Pesebre es caminar mucho por esa Sierra Sur de Sevilla, joya andaluza donde las haya, con el obligado insomnio inducido por la temprana partida de nuestro tranvía hasta nuestro destino. ¡Uf! ¡Qué malito es trasnochar, hacer posturitas…bailando (malpensados) hasta parecer un interino inexperto del Circo del Sol, cantar en la Playstation creyéndonos la reencarnación de los mismísimos Raphael, Raphaella Carrá (en francés, Cagá, nunca mejor dicho), Camilo y otros Sextos, y libar espirituosamente a saco y a costa de una penosa digestión.
Resumiendo, que partimos a recoger a otros tres pasajeros con más mal cuerpo que Jesucristo en una sesión sadomaso, tras su crucifixión.
Llegamos pronto a la primera parada, y aquí nuestro tranvía se engancha locamente enamorado al amor de su vida: la  L.P.CARAVAN, un pibón muy cuqui que nos acompañaría en esta ocasión. Al llegar comprobamos el mal careto que tenían nuestros compañeros de viaje, exceptuando a GASJOE. Sus caras, al contrario que nosotros, se debían a un pequeño combate marital. Y así partimos con este buen rollito de Año Nuevo hacia nuestra siguiente parada: el desayuno en mitad del trayecto. El menú: Escasos zumitos laxantes de naranja con guarnición de aceite en pan moreno. Todo por un precio en el que tuvimos que empeñar un ojo y parte del otro.
Continuamos viajando, llegando a la entrada de la localidad de Algámitas, donde unos simpáticos vecinos nos preguntaron si “íbamos al camping del Peñón, todo esto chillando y, agárrense a la silla o donde estén sujetos en este momento, ¡sin parar de movernos sobre ruedas! En ningún momento paramos para recibir sosegadamente las indicaciones pertinentes. Es alucinante la capacidad de adaptación del ser humano al paso del tiempo, o de los vehículos, mejor dicho.
Tras esta vociferante pregunta, uno de nuestros pasajeros, ANTUAN CHILLÓN, correspondiendo en el mismo nivel auditivo, respondió en perfecto palacense: “HIIII”. Y los algamiteños, señalando con sus brazos la dirección correcta, la única que había ya que todo es una sola avenida principal, nos encaminaron con éxito seguro a la siguiente meta que teníamos por delante. Y hablando de por delante (qué mal suena), en ese preciso instante se nos acerca un canicoche (que no carricoche) abarrotado hasta las trancas y barrancas de bártulos por doquier y se nos pone a nuestra altura.  Nos dijeron que marchaban hacia allí y que los siguiéramos, y todo esto ¡también en marcha! ¿Qué cogno les pasa a la gente aquí? ¿No quieren pararse a conversar amistosamente y sin prisa? ¿Están más estresaos que el fontanero del Titanic? Díganmelo ustedes, porque yo no lo entiendo.
Yendo a la zaga de estos curiosos personajes llegamos en breve al Camping del Peñón. ¿Dónde íbamos a llegar si no, si era la única dirección posible?
Y a continuación comienza un episodio de terror. Les dejamos con “Historia para no subir”, escrita por Chicho Ibañez Serrador y protagonizada por CARAVERDOSABERTOK y sus secuaces:
“Todo estaba tranquilo en aquella extraña carretera, forastero. Girando a la derecha, comienza la pesadilla, tras pasar el mismísimo umbral del acceso al suicidio. Los caballos de Zafira rugen y resuellan exhaustos durante nuestra ascensión en la Pendiente del Diablo. Ríete tú de Desafío Vertical de Jesús Calleja en la Montaña del Diablo, Venezuela. Pueden imaginarse el peso que arrastrábamos si vienen en esta expedición nada más y nada menos que dos mujeres juntas. Huelga decir todo lo que ello conlleva (maquillaje, secadores, potingues…). Sube la tensión por momentos, y baja la glucosa por segundos de CARAVERDOSABERTOK. Zafira restalla su látigo dominador sobre sus poderosos aunque agotados caballos. La pendiente es larga y dura como un mes sin sexo. Casi al final ocurre lo peor. El canicoche frena en mitad de la subida, y Záfira y su prole temen lo peor. Los caballos resbalan, echando chispas sus herraduras de goma sobre el infernal asfalto. ANTUAN CHILLÓN toca su pito (con perdón) enloquecidamente. El claxon a punto está de incendiarse, y con furiosos aspavientos, y tras gritar no pocas veces el consabido insulto palaciego por excelencia “MAMAHOSTIAS” al zíngaro conductor, logramos salir del apuro con mucha agonía. El asesinato casi fue cometido. CARAVERDOSABERTOK sale del Coma ascensional. Fin con final feliz (Año Nuevo)”.
La megafonía de nuestros enamorados Deseo y L.P. CARAVAN nos anuncian “Ültima estación: Camping del Peñón”. Que parea y todo.
Agradecemos a los canis su ayuda (en nuestras mentes tradujimos esto como “me defeco en la mujer que hace la calle y las veces de madre vuestra al mismo tiempo”, todo ello aderezado con una sonrisa más falsa que la vaca de Milka.).
Zafira y sus corceles descansan paciendo descanso serrano. Hemos llegado al fin.

Tras instalarnos y almorzar, decidimos que lo mejor contra la resaca era:
a) ¿Dormir?, b) ¿Masoquismo? Efectivamente, la respuesta correcta es la b). Están todos aprobados. Y es que, después de haber dormido escasamente dos horas y con el alcohol todavía pululando por nuestro riego sanguíneo y vías respiratorias, decidimos salir a senderear por los alrededores del Peñón de Algámitas.
El lugar es precioso, muy verde debido a las lluvias. Un Paraíso sevillano en todo su esplendor.
Peñón de Algámitas desde el Camping.
"El agua gris mancha de frío las rocas" (Pedro Guerra)

Pero, como siempre, nada es perfecto. Siempre ocurre algo cuando en la película va todo de color de rosa. Tuvo que regresar. Desde el más remoto lugar. “De nuevo, con ustedes, damas y caballeros (redoble de tambor y golpe de platillo): el SOTELISMO. Esa extraña enfermedad que de los árboles humanos hace brotar coco rallado, y ojalá fuera tropical, ladies and gentleman, pero se aparece en forma de cerebro corroído por el miedo a perderse, a que se haga de noche, a perecer en plena Naturaleza, a un largo etcétera.”. Nada, que cuando salimos a caminar y explorar la zona era un poco tarde (las cinco de la tarde en plena sierra, guauuu), y a la  Señora SMALL ONION FRIED le entró el pánico, pues creía que los días de su existencia terminaban en aquella jungla algamiteña. Gracias a Dios, decidimos regresar al poco, y cuando vio que llegábamos de nuevo al punto inicial, a unos cinco minutos del punto más alto al que logramos llegar en este bendito Día de Año Nuevo, respiró tranquilamente.
Para no molestar el coito existente entre DESEO y L.P.CARAVAN, ese par de tortolitos, nos desviamos hacia las cabañas de la zona para visitarlas, y donde espontáneamente surgieron Diálogos de la Sabiduría, reflexiones sumamente profundas sobre cómo afrontar las diabólicas Manifestaciones del Sotelismo, y otras cuestiones de trascendencia conyugal. Aunque CARAVERDOSABERTOK se apartó del rebaño y púsose a meditar sobre una roca que cerca estaba, asemejándose a un yogui, más bien a el Oso Yogui, de lo mexicanamente repanchingado que estaba, manoooo.
Al poco fuimos a merendar, y después vuelta al solar de la convivencia campinguera.

“¡NOOOOOO!. ¡Se nos olvidaron las chanclas de goma para las duchas!”, gritó LADRILLOSIL. Horror en el Supermercado, que gritaban Alaska y los Pegamoides. ¿Por qué se preocuparían de que su chica había desaparecido y nadie sabía cómo había sido? Pero si es una fémina. Búscala en la sección de cremas para el pelo, pintauñas y cosas femeniles varias. Seguro que está allí. Y si no, pues a por otra piba, que el desierto es muy grande para un solo camello, tío. Es broma, chicas. No se me enfaden.
¿Y cual fue la solución para no engullir papilomas en nuestras plantas? Pues, chan-ta-ta-chán: MERCADONA, MERCADONA. Sí, bolsas del súper, como el de Alaska. Pero más parecíamos los Pegamoides que otra cosa, porque eso era lo que el efecto ventosa acuática producía en nuestras pantorrillas y pies. Toda una experiencia. Mejor que Isla Mágica.
Y cae la noche, como la canción de Héctor y Tito (miren el enlace, no tiene desperdicio). Vaya nombre artístico más parguela y poco comercial. Vamos a dormir. ¿Dormir? ¿Quién dijo que estar dentro de la L.P.CARAVAN a 250 grados centígrados era considerado como un placer para los sentidos? Para los sentidos de las pollerías asadas, que eso es lo que parecía nuestro hotel rodante. Solo nos faltó regarnos con la sabrosa salsita grasienta mientras dábamos vueltas y más vueltas en el pincho del insomnio. Qué gran invento el termostato. ¿Dulces sueños? Nos quedamos fritos, nunca mejor dicho.


DOMINGO, 2 DE ENERO DE 2011

“¡Rocío! ¡Ay, mi Rocío! Manojito de… (pausa) claveles!”, reza la copla. Pero nuestra copla oraba “manojito de carámbanos”. ¡Frío del carayo! GASJOE, el can de nuestros compañeros de expedición, amaneció más húmedo que el mocho de limpieza de Cytherea después de uno de sus famosos orgasmos acuáticos. Y eso que le habíamos preparado su tienda Quechua como si de un San Jacobo se tratase, con más capas que un saco de cebollas. Pero GASJOE, un supercan todoterreno, sobrevivió al diluvio escarchado. Gran perro. Gran Hijo de su Madre, como comprobaríamos en la sobremesa.
ANTUAN CHILLÓN y CARAVERDOSABERTOK obtuvieron un regalo divino único en sus vidas: beber el néctar del amanecer de Algámitas desde lo alto de sus peñas. Un espectáculo digno de los mismísimos Dioses, un Paraíso en la Tierra sureña.
Merece la pena contemplar la salida de nuestro padre Sol en esta parte de Sevilla, que ni siquiera parece que esté uno allí, cuando se acuerda de un agosto más hirviente que el miembro de Nacho Vidal.

AMANECER EN NOTRÓGENO LÍQUIDO
Tras esta bendita recompensa por el madrugón, aprovechamos para pasear a GASJOE y tomarnos un café. A la vuelta contamos la Maravilla que habíamos presenciado, y nuestras maravillosas compañeras (?), LADRILLOSIL y SMALL ONION FRIED, en vez de apoyarnos y reconfortarnos con un “Oh, cariño, damos gracias al Universo por haberos ofrecido este don”, o algo así, terminaron por espetarnos: “Gracias por avisarnos. ¿Por qué (faltó coño) no nos habéis despertado? Si es que sois unos egoístas, bla, bla, bla…”, porque ya saben ustedes que los hombres llega un momento que desconectan y van asintiendo mientras piensan a qué hora juega su equipo favorito de fútbol, y finalmente, cuando ellas callan, terminan por repetir la última palabra, para que quede constancia de que atendían su perorata. Qué diferentes somos hombres y mujeres.
Para recompensarlas las llevamos a meterse entre pecho y espalda dos buenas raciones de harina cocida impregnadas con unto ibérico naranja. Ese fue otro de los regalos del Cielo. Pero esta vez en forma de cartucheras en potencia, que no en acción, porque con tanta caravana, el ayuntamiento brillaba por su ausencia.
Ya de vuelta, compramos una botella de gas y un palo para caminar. Nace hoy, para regocijo de la humanidad, “EL TÍO LA VARAAAAAAAAAAAAA”. Este refrán nos acompañará gracias a los labios megafonizantes de ANTUAN CHILLÓN a lo largo de la jornada.
Decidimos explorar caminos inusitados, senderos no excavados en la roca, ni en ningún otro sitio. Y suena la voz en off:
            “En 1972 cuatro de los mejores hombres del ejército Norteamericano liderados por el mismo Mr. T que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy sobreviven como soldados de fortuna, si usted tiene algún problema quizá pueda contratarlos ...”. El EQUIPO JA. Que en 2011 pasó a denominarse EQUIPO JARA, por la de jarañazos y ramas que nos fustigarían en el transcurso de tres horas. Vaya cuatro personajes, mascota predecesora, en el Peñón.
Todo comenzó cuando Aníbal (ANTUAN CHILLÓN) es contratado por no se sabe bien qué oscuro personaje; oscuro, desde luego, ya que si las chicas tenían la ilusión de dorar sus pálidos rostros con Vitamina de zumito de Sol, más bien se les congestionaría el rostro en una mueca de dolor literal, gracias a nuestras “zarzamoras que a todas horas joden y joden… (pausa coplera, again) por los rincones (de nuestro cuerpo)”.
Emprendimos nuestra arriesgada misión tras rehusar los consejos de nuestra mensajera en el puesto inferior (“los senderos comienzan todos a la derecha de la piscina”). Pero no, nuestro EQUIPO JARA es de naturaleza rebelde, y no aceptó ni por un momento que esa mierdecilla de aventura estuviese hecha para estas máquinas de matar (mosquitos) que son nuestros esculturales y militares cuerpos. No. Teníamos que hacerlo de otro modo más arriesgado. Nuestra proeza debía ser rememorada Año Nuevo tras Año Nuevo. Así somos este EQUIPO JAREÑO.
Y así acometimos nuestro primer plan: lograr completar el sendero circular que teóricamente unía el lado derecho de la piscina con el lado izquierdo del Peñón, por donde comenzamos a aventurarnos en el orden que a continuación se relata: en primer lugar, el jefe de la expedición, Aníbal, cuyo nombre en clave para esta peligrosísima empresa fue asignado como “Er Tío la Vaaaaara” (recordado por nuestros atormentados oídos cada pocos minutos gracias al vociferante ANTUÁN.). En segunda posición, Fénix, el más apuesto y gallardo mozalbete del grupo; me lo pido yo, ya que pa´ eso soy el que se da el curro de hacer el acta del plan secreto del Pentágono, que eso era lo que formábamos este grupo de cinco pardillos. Y a la zaga, Murdock (es obvio quién era, a tenor de sus ladrillazos esporádicos) y M.A. o Mr. T (Señor Infusión para los americanos. Qué raros son estos tíos.), por lo negra que iba su cabeza cada vez que no encontrábamos el sendero, o sea, el cien por cien de las veces. Pero el intrépido Aníbal, con su vara castrense cortaba y talaba ramalazos como si llevara en las muñecas una potente motosierra, ¿al grito de GERÓNIMOOOOOO? No, ya conocen el fatídico, digo…varítico estribillo. Ah, se me olvidaba que siempre lanzábamos una avanzadilla perruna. Esa sonda insondable que es GASJOE.
Dimos más vueltas que un gay en la Feria de los Consoladores de las rebajas de Enero (sin ánimo de ofender a nadie). P´alante, p´atrás, parecíamos el Paquito el chocolatero (apréciese en el enlace lo que se detalla a continuación).
¡Eh, eh! Pero sin los consabidos puntazos que se dan al compañero precedente, eso contando con que es chica y joven, porque si es otro caso uno empieza a recular y por el principio de acción-reacción termina siendo empuntado por el caballero posterior de la conga chocolatera, teniendo que acudir a la Casa de SOCORROOOOOOOOOOOOOOOO, penes NOOOOOOOOOOOOOO, a que le den, no por culo, sino unos cuantos puntos de sutura y operarse urgentemente de reconstrucción del caca. Esto pasa por reírse (con mucho cariño) de los gays. Ahora iremos a la Cuesta de Enero, a ver si hay algún consolador baratito de oferta.
Total, que tras intentar construir veredas tropicales, tuvimos que desistir al cabo de unas dos horas, pues en mitad de la operación llegamos a un sitio por el que no se podía avanzar más.
Po cierto, se me ha olvidado narrar las Peripecias de una cabra montesa baja en glucosa. O sea, la subida de CARAVERDOSABERTOK, a modo de terapia de choque para afrontar sus vértigos sotelíticos, a una peña de los alrededores. Más que una cabra, parecía una lagartija agarrada a las rocas como si se aferrara a la mismísima vida después de ver la luz del túnel en una E.C.M. (Caroline, ve hacia la luz…). Eso sin contar que a punto estuvo de cercenarle la mano a ANTUAN en el ascenso cuando le auxiliaba. La bajada no fue mejor. Tras perder en lo alto de la Peña de la Cabra, que así le llamaremos a partir de este lamentable episodio, la poca sangre que ya tenía, aún restaba descender. Parecía un pétreo paraca, pero su culo era el que iba frenando el aire, arrastrando las posaderas por toda superficie que encontraba a su paso, desollándose el pompis con tanta piedra sólida y puntiaguda. ¡Ay, duele…pero gusta! “Otro consolador niñaaaa, que los llevo bueno, bonito y barato, payoooooo”.

VEGA DESDE LA PEÑA DE LA CABRA (BAJA EN GLUCOSA)
Abortada la misión pentagonal de ceder al mundo del trekking un camino vírgen, discutible este aspecto tras la bajada de la Peña de la Cabra, Aníbal da órdenes de “media vuelta” al campamento base.
Repuestos del exhaustivo caminar en la jungla, nuestra misión debe reestructurarse. Hay que buscar el Plan B de Eroski: “los senderos comienzan todos a la derecha de la piscina”, centrifugaban las palabras de nuestra mensajera en la lavadora de nuestra nuez superior. Y hacia allí nos encaminamos, no sin antes saludar de vuelta a los vecinos que dos horas antes habíamos saludados de ida. Parecíamos una cazadora militar reversible. Ahora toca sudarla y mancharla del revés.
Abrimos la angarilla que daba acceso a la ladera de un monte pequeño, con un camino totalmente libre de rastrojos y otros objetos punzantes. Subimos a una pequeña roca desde la cual había unas preciosas vistas de la Vega.
Anduvimos unos centenares de metros más hasta llegar a una bifurcación del sendero: una cancela nos guiaba a otro sendero que había a la izquierda y que se supone rodeaba el Peñón Verde; ¿sería este el mítico sendero circular que enlazaría a modo de anillo nupcial a los esposos Peñón y Camping? No llegamos a comprobarlo, puesto que tras una acalorada discusión entre los TÍOS de la JARA, consensuamos retroceder al campamento base por el camino de la derecha, que bajaba cómodamente hasta el punto inicial. Eso de cómodamente fue inscrito en los Anales de la Ironía con letras mayúsculas.
La Senda de la Lucha de Barro había comenzado. En este punto, los machos cabríos de la expedición recordarían su más tierna, más bien dura, infancia repleta de rings arcillosos en el que dos hermosas luchadoras se ponían hasta sus tersos y tangados culetes de barro hasta las trancas. Y eso, a un tío le pone, ¡tío! Le pone mucho. Mas, la decepción surge cuando dicha senda es literalmente un barrizal infernal en el que las zapatillas resbalan de continuo, haciendo el avance algo incómodo, entre tanto chapapote en el tobillo. M.A. protesta en la retaguardia, ya que como saben, no le gusta volar (en el barro) y hay que drogarlo para trasladarle. A Aníbal no le faltaron ganas de hacerlo, pues su crispación iba en aumento hasta que estalló con un trueno palacense de los suyos que retumbó en plena Sierra, matando de un infarto a alegres jilgueros que trocaron en fúnebres ipso facto. Su atronador “VAMOH A VORVERNOH, COÑO” fue su grito de guerra del barrizal-cuadrilátero. ¡Ring, ring! ¡Primer asalto! ¡K.O. a la aventura! ¡Mueren todos los púgiles! A tomar viento fresco. To´s pa´ arriba y de vuelta a almorzar, que por cierto, ya es la hora.
Comimos como limas con Sonotone después de haber quemado todo el combustible de nuestras almas. Y como reza el proverbio, “Estómago lleno, Corazón contento”, pues nos dispusimos a dormir la sevillana costumbre por antonomasia: la Siesta. Si se le puede llamar así cuando una feliz familia nos arrullaba en sus brazos con Nanas del Demonio paellil. ¿Por qué somos un imán para todas las familias porculeras del Mundo, joé? Y hablando de JOÉ, nuestro más fiel compañero GASJOE nos tenía preparado un postre muy especial.
Como no podíamos dormir, pusimos una película en el portátil, pero los altavoces habían fenecido, acompañando en el descanso eterno a los funestos jilgueros del barro.
Así que tuvimos que hacer de tripas, corazón, o más bien, de parabólicas, orejas, para intentar escuchar, intuir diría yo, un atisbo de lo que el Jimcarriano film exponía en sus escenas.
Pero…ha llegado el sumiller de aromas circundantes, la Señorita LADRILLOSIL, con todos ustedes. Efectivamente, camaradas: esas fosas nasales capaz de encontrar a Marco con Amedio tirándose a su mamá haciendo un incestuoso trío homómono a kilómetros de distancia. Todo comienza con un: “La madre que te parió GASJOE, ya te has vuelto a rilar”. Y es que el perro de nuestros compañeros de viaje no es realmente un perro. Eso es una leyenda urbana. La realidad es bien distinta. GASJOE es una mofeta injertada en el rostro de un cánido; el mejor (?) amigo del hombre utilizando AXE lacrimoso. Un hedor más propio y digno del mismísimo Belcebú en persona (o en perro).
Y así fue como nos tomamos el postre, la merienda y casi comimos gas pimienta como para matar a un regimiento entero, cuanto más a cuatro pobres EQUIPOJARIANOS.
Valiente cabroncete, el tipo este. Una tarde inolvidable.
Tras tomar café y pasar las horas vespertinas como cada uno quiso llegó el momento de la ducha. ¡Sí! ¿Se acuerdan de las babosas bolsas, verdad? Pues eso iba a parecer un masaje sueco al lado de lo que iba a acontecer aquella misma noche. SMALL ONION FRIED (M.A.) y LADRILLOSIL (Murdock) iban a descubrir, incrédulas, por qué las esposas son infieles con los butaneros. Pues, ¿por qué va a ser? Porque se llevan las bombonas de los campings para darles calor a ellas, dejando huérfanas las calderas de los baños comunes. ¿No les basta con darles calor manual o porrual? ¡No, qué va! Si es que les va el sado, y si no ven a dos chicas sufrir poniéndosele los pezones como dos timbres de castillos medievales no están del todo satisfechos. Con lo contentas que llegaron ellas minutos antes: “Mira, ¡el baño para nosotras solas!!Jo, qué guay tía, si esto es una pasada!”. Pero hay otra leyenda terroríficamente urbana, en este caso serrana. Las temidas Chicas de la Ducha, que en noches de luna fría, lanzan lamentos e “hijo de puta” al gélido aire de la noche. Cómo se acordaron de Repsol y su magnífica estampa familiar. Otra experiencia más p´al body, literalmente tiritando.
Bueno, y llega la noche de perros. Nuestro querido can es de nuevo el protagonista de una hazaña sin parangón: cómo masacrar a su familia con bombas cánido-tóxicas sin morir en el intento haciendo de kamikaze perruno. Qué noche la de aquel Año (Nuevo).
¿Cómo se puede tener tan poca piedad para con los suyos? Y es que, debido al relente impregnado en su pelaje la noche anterior, decidimos que ésta sería la noche de autos (caravana), invitándole a dormir bajo nuestro caritativo techo. ¡Arrepentiros, pecadores!, grita una voz desde las tinieblas. El daño ya estaba hecho. Nuestros pulmones, calcinados. ¡Qué noche de perros pútridos! El sueño iba y venía, como los movimientos peristálticos de esta pequeña bola de pedos.
Y así, entre aires perfumados, nació el nuevo día.

 LUNES, 3 DE ENERO DE 2011

Este es el día de nuestra partida. Pero antes, LADRILLOSIL y servidor fuimos a hacer un último sendero, que sería el más breve, pero el más hermoso. Volvimos donde el día anterior hubo el dilema de si atravesar la cancela de la izquierda o si bajar por la Senda de la Lucha de Barro. Como nos quedamos con las ganas de saber qué nos deparaba la ruta decidimos emprenderla, gracias, y es de bien nacidos el ser agradecidos, a que ANTUÁN y SMALL ONION se quedaron recogiéndolo todo, para que nosotros pudiésemos disfrutar de tan bello paraje. Lo único que hicimos, en este caso yo, fue dejarme los dedos más moraos que una berenjena en Cuaresma, tras lavar los platos en la pila del camping a unos 9000 grados centígrados bajo cero.
Total, que salimos pitando, pues debíamos regresar pronto para largarnos. Y descubrimos que, efectivamente, este era el sendero que rodeaba el Peñón. Mas solo nos dio tiempo a recorrerlo parcialmente, pasando por un hermoso Bosque de Hadas, casi como de cuento.

BOSQUE DE HADAS
Luego llegamos a una especie de explanada donde estaban paciendo apaciblemente unos cuadrúpedos.

PLATERO Y NOS
Y más tristes que Juan Simón en el entierro de su hija con sus propias manos, tuvimos que dar media vuelta y regresar al campamento, con más pena que gloria en el cuerpo.

P.D.: Esto ha sido un viaje inolvidable junto a dos personas muy especiales para nosotros (bueno, tres, no dejemos a GASJOE fuera del rebaño). Os queremos mucho, y que se repitan muchas más aventuras. Mucha salud para vivirlo.
                                                                                                                              








                                                                                                                              

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Frases y citas

"Sin Sol, no hay Vida. Sin Agua, no hay Vida. Sin Oxígeno, no hay Vida" Indio Huichol. Sierra Madre Occidental. México.

HOY: Música tranquilita

DEDICADO A TRANVIEROS, CON TODO EL CARIÑO.