Bienvenidos al Cuaderno de bitácora de caminos y viajes insólitos rayanos en el onirismo.

Garganta de un Capitán atragantada por Molinos y Tumbas.

domingo, 16 de enero de 2011


Tras aparcar y ponernos nuestras fashion-gorras, iniciamos con entusiasmo nuestra aventura al recibir el regalo divino de un espléndido día; y digo aventura porque regresarí­amos horas más tarde a este nuestro punto de inicio.
Nuestro primer destino era llegar a los tres Molinos que hay en la Garganta. Así­ que nos encaminamos hacia allá­, saludando a un amable pastor por el camino, que nos dijo: eeeeeeeeeeeyyyyyyyyyyyyhhhhhhhhh.
Vadeamos, o mejor dicho, esquivamos prácticamente de un salto el Arroyo de la Fuente Santa.
Arroyo de la Fuente Santa
Seguimos caminando hasta desviarnos del camino hasta un eucaliptal, donde encontramos muchísimos fósiles de animales, pero bastante recientes para nuestra desazón descubridora.

"FÓSILES"
 Y a continuación comienza nuestra mítica Ruta de Los Molinos a través de la senda cangrejera. Fuimos por un sendero muy embarrado que transcurría a pocos metros del río, como nos habían "facilitado" nuestros informes internetianos. Cerca estaba el primero, el llamado Molino de San José. Estaba en un estado bastante ruinoso. Subimos por detrás para contemplar sus famosos pozos de varios metros de profundidad. Tuvimos que tener mucha precaución, pues el carajazo pudiera haber sido mortal de necesidad.


Tras un rato contemplando este histórico molino nuestra intención es encontrar el próximo, pero nuestra aventura iba a empezar a complicarse. Al poco de reiniciar la marcha, ¡oh, sorpresa!, la senda se termina y nos hace bajar al cauce del río. Según las informaciones de que disponíamos tenía que ser así. Sin embargo, jamás imaginamos que sería tan costoso el seguir avanzando hasta nuestra próxima meta. Tras saltar de piedra en piedra, poniéndose nuestras piernas más duras y calientes que los taburetes de un prostíbulo, conseguimos a duras penas llegar al Molino de Enmedio, tragado parcialmente por la vegetación circundante. Ya lo decía la información: “aprovechando que el río tiene poca agua, basta con subir por las piedras teniendo cuidado de no meter el pie en el agua”. Cuanta genealogía familiar ajena invocamos en aquel duro trance.

Después de recuperar algo de aliento reemprendimos nuestro caminar, que más bien cangrejear, por aquella senda acuática-idílica. Tras no pocos minutos logramos alcanzar el tercer punto de nuestro recorrido inicial: el Molino de las Cuevas, en lamentable estado vegetativo. A punto estuvimos de sacar las botellas de oxígeno de emergencia.
 (No hicimos fotos de ninguno de los molinos, pero pueden verse en la web.).

Según nuestra ruta, debíamos continuar avanzando (¿otra vez?) hasta llegar a uno de los objetivos principales de nuestra planificada excursión: la famosa chorrera de la Garganta del Capitán. Pero tan solo unos metros más arriba vimos que la senda terminaba de forma definitiva en una pequeña pero hermosa poza, que nosotros bautizaríamos como la Poza del Molino de las Cuevas. Ignoramos si se denomina de otra forma. Da igual. Nosotros llegamos allí con sobreesfuerzo humano-animal, y así la llamaremos et in saecula saeculorum, por nuestros santos genitales, Amen.

Poza del Molino de las Cuevas
 Finalmente recobrados de la decepción, y tras no pocos esfuerzos mentales de mentalización de retorno, valga la “rebundancia”, como dihen en mi pueblo, hemos de retroceder ¡hasta el primer molino! Porca vita.

Si dura fue la ida, la vuelta no iba a ser un regalo del cielo materializado en alitas para nuestros pies. Ay, Dios mío. Gracias a este, llegamos por fin al ya conocido Molino de San José. Allí decidimos reconfortarnos con deliciosos manjares del árbol mochilero, y saciar nuestras sedientas gargantas capitanas, atragantadas hasta el momento por el hueso duro de roer que estaba siendo nuestro caminar. Si es que puede llamársele así.

Estuvimos a un tris de volver al coche, pero el Universo tenía preparado para nosotros una grata recompensa. En un momento de lucidez nos dio por intentar llegar al famoso Llano de las Tumbas. Jamás pensamos que sería tan sencillo llegar, y que se encontraba ¡a tan solo 50 minutos de donde habíamos aparcado! Ya llevábamos algunas horas deambulando por esos mundos de Dios. Total, que caminamos hasta allí, sin tener que hacer peripecias extrañas y por una clara pista forestal, la cual lo único de peligroso que tenía era el de no llenarse de barro hasta el corvejón, lo cual era difícil, a tenor de las lluvias caídas en la última semana. Cuando llegamos al mencionado Llano no nos detuvimos allí  mismo, pues había una macrofamilia poniendo a prueba el decibeliómetro de nuestros endeblitos pabellones auditivos. Bordeamos una roca que conectaba con la ladera de la salvación, por un alcornocal que hay en la zona. Y así la denominamos cuando vimos que, prácticamente en línea recta y sin desnivel, nos condujo directamente a la ¡chorrera de la Garganta del Capitán! Alelluia, cada uno con la suya. De las rocas de la Garganta mana música de Haendel como maná (no como el famoso grupo, claro). Y entonces recordamos que habíamos leído que la famosa chorrera estaba justamente debajo de una cancela azul que impedía el paso. Efectivamente habíamos llegado al candado azul de las Puertas del Cielo. Dicha información, narraba que en ese momento debería buscarse la bajada más apropiada hacia el sagrado manantial. Así que nos pusimos manos a la obra, más bien, pies a la obra. Retrocedimos, y retrocedimos en dirección contraria, buscando algún recoveco en el que poder descender, hasta que llegamos a un desprendimiento que impedía el paso. En un momento de intuición decidimos regresar de nuevo a la azulina puerta. Algo nos decía que no debía estar tan lejos ni ser tan complejo el bajar hasta allí. Y dicho y hecho. La bajada estaba en las mismísimas narices de la cancela, al lado. Vamos, que casi se unían por cordón umbilical (¿tan difícil es poner “a la derecha de la cancela”, cohoneh?). Lo que pasa es que aparentemente la pendiente era inclinada para bajar, pero mi compañera de fatiguitas indagó el terreno con su sonda pedestre y divisó que era fácil bajar, pues había varias rocas y troncos que servían como escalera y agarraderas. Y al fin, llegamos a tan ansiada Última Estación de nuestro Tranvía, aprovechando para descansar allí mismo, en las entrañas de la chorrera.
Sinceramente nos decepcionamos un poco, no mucho, pues la chorrera la esperábamos más grande, pero al menos fue todo un privilegio almorzar allí absolutamente solos con el murmullo del agua como banda sonora, con este maravilloso entorno exclusivamente para nuestros bodies.

Chorrera de la Garganta del Capitán
Recogimos la basura en una bolsa y nos encaminamos de vuelta hacia el Llano de las tumbas. El destino de nuevo nos recompensaría con la ausencia de La Gran Familia (Chechu incluido.). Hacía un sol precioso y nos paramos a saborearlo un poco para después visitar a nuestros ancestros invisibles acostados sobre su última morada. 
Tumba antropomórfica
Ya solamente nos faltaba encontrar la tumba de Gabriel Ramón Moreno, que se supone se puede acceder desde este llano y en dirección al Molino de las Cuevas. Pero decidimos regresar en otra ocasión en su busca. Ya lo narraremos en su momento. Si es que hay lugar.

En el camino de vuelta encontramos a más de un animal en celo, como puede observarse.
Lanzarote
Objetivo Birmania
Más tarde vimos a otro que quería encalomarse a una yegua, tras lanzar al aire no pocos gritos de calentura. La fémina se negó. Como siempre, ellas llevan los pantalones. O cierran el florín, ya que de animales tratamos.

Y finalmente llegamos a nuestra Estación de origen, al cabo de unas cuantas horas, descojonándonos de risa y comprobando con sorpresa que del coche a la chorrera solo había aproximadamente ¡una hora y cuarto, con paradas de recreo incluidas! Si es que es para mearse y no echar gota.

CURIOSIDADES

GARGANTA DEL CAPITÁN, ¿POR QUÉ ESE NOMBRE?

Hay una leyenda que cuenta que en noches de luna llena se aparece el espíritu de un tal Gabriel Moreno Pantisco sobre la Garganta. Luchó parece ser en la Guerra con Dinamarca, y que fue apodado a su regreso como “El Capitán”. Quiso restaurar la Constitución de Cádiz, conspirando contra el monarca absolutista Fernando VII, lo cual terminó en un intento frustrado, tras lo cual se echó al monte y se unió a un grupo de bandoleros, actuando como una especie de Robin Hood que repartía el botín robado a los viajeros para repartirlo entre los pobres.
Acosado por la Compañía de Escopeteros de Getares, destinada temporalmente a perseguir a quienes robaban en los caminos de la Sierra de Algeciras, se despeñó con el caballo o fue abatido a tiros, esto no está claro del todo. De ahí que el lugar de su muerte pasase a llamarse desde entonces como la Garganta del Capitán.

La gente cree que la tumba que se encuentra cerca del Molino de las Cuevas es la de este célebre bandolero. Pero parece ser que los restos de éste fueron depositados en una fosa común del cementerio de Algeciras. 

TUMBA DE GABRIEL RAMÓN MORENO, EL OTRO GABRIEL MORENO

La casualidad quiso que en la zona muriera otro Gabriel Moreno, pero en este caso era Gabriel Ramón Moreno. Su tumba se encuentra cerca del Molino de las Cuevas, y la gente piensa que pertenece a la sepultura de “El Capitán”. Pero las investigaciones han arrojado luz suficiente como para saber que se trataba del arrendatario del Molino de San José, y que murió a causa de la terrible epidemia de cólera morbo que hubo en Algeciras durante el Siglo XIX. Se encargó una cruz para la lápida a un cantero. El epitafio que puede leerse es el siguiente: “Aquí yace Gabriel Moreno, que falleció en 13 de junio de 1834 a los 77 años de edad”.
Pero como ya dije en párrafos anteriores, no pudimos visitar este sitio. Queremos hacerlo en breve. Que lo disfruten los que consigan verlo.
(Existen fotos en la web).
 
TUMBAS ANTROPOMORFICAS

En el Parque Natural de los Alcornocales se dan varias tumbas de este tipo (véase a modo de ejemplo las del alcornocal de Naveros, Los Banquetillos, Vejer de la Frontera). Los investigadores no se ponen de acuerdo en el origen de estas tumbas. Algunos no creen que se traten de tumbas prehistóricas, sino que piensan que son tardorromanas o visigodas. Se sospecha que servían para la inhumación de cadáveres o para la preparación de las momias.

ARROYO DE LA FUENTE SANTA, !SALUD!

Las aguas del Arroyo de la Fuente Santa, y las del Arroyo de la Negra, siempre tuvieron propiedades medicinales. El Arroyo de la Fuente Santa contaba con un manantial en la Dehesa del Saladillo, cuyas aguas hidrosulfúricas eran utilizadas por los algecireños para tratar afecciones cutáneas. Existía una alberca donde la población, durante la temporada de baños, acudía allí para recibir el beneficio de sus aguas. Incluso, en el Siglo XIX, se pensó en construir un balneario para fomentar el turismo, lo cual nunca se ejecutó, como tantas y tantas cosas prometidas a los algecireños a lo largo de su Historia.





6 comentarios:

bertok dijo...

Esta odisea no la hemos soñado. A veces, la realidad supera con creces la ficción.

Lucas dijo...

hola, dónde sacaste la información del balneario y la alberca? yo ando buscando más info sobre ello pero aunque si he encontrado que el citado balneario existio, no he encontrado ni fotos de las posibles ruinas o información adicional.
Gracias!
Pd. pudiste encontrar la tumba? es en realidad bastante fácil y pasasteís a 50 metros de ella!!

bertok dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
bertok dijo...

Hola Lucas. La información la saqué de un libro de Historia sobre Algeciras. Si te interesa, te puedo buscar las referencias. Tampoco venían fotos ni localización alguna. Respecto a latumba, sé que es´tabamos cerca, pero por la hota no pudimos entretenernos demasiado. Si puedes darme alguna indicación te lo agradecería. Gracias. Un saludo Lucas.
PD: haces senderismo por la zona frecuentemente=??

Lucas dijo...

hola,

gracias, si te es posible te lo agradecería. Creo que está en el libro de Cristobal Delgado, pero no sé en cual y no es fácil encontrarlos (creo en el libro técnico aún los venden) por lo que si sabes el título me vendrá mejor.
La tumba está a 50mtrs del segundo molino, andas unos pocos metros por el río y te sales por el primer senderito te invita a ello (no está a más de 15-30mtrs del molino)a mano izquierda, ahí, subes un poquito y pasando un clarito, verás un sendero pequeño a mano izquierda (suelen marcarlo con mojones) y esta a unos 10mtrs de ahí, no es dificil una vez sabes q está en esa zona.

bertok dijo...

Hola Lucas. Lo primero, pedirte disculpas por la tardanza en contestar, pero llevo varios meses sin entrar en el blog por diversas razones.
Mira, el libro que te comenté se titula "Historia de Algeciras. Moderna y contemporánea - Tomo 2" que lo editó la Diputación de Cádiz. Creo que todavía está en algunas librerías y Ferias del Libro.
Muchas gracias por la información.
Espero que estemos en contacto. Muchas gracias y un saludo.

Frases y citas

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