El punto de reunión para esta macroexcursión es nuestro propio domicilio en este caso. Como siempre ocurre cuando hay una parejita que ha formado su nidito de amor recientemente, toca esperar. Esperar a que tejan el mimbre de su pasión y se reconforten con 10 molletes y 20 colacaos, pues tal es el gasto energético en esta placentera etapa.
Por fin logramos salir, un coche tras otro, hasta un total de cuatro. Más vale que hubiésemos alquilado un microbus, con patrocinador y todo.
Tiernerín |
Primeros metros |
Más adelante, a la derecha del sendero, llegamos a un curioso lavadero, mas no de autos: “EL LAVADO DEL ASTADO”. Contemplamos con estupor el desmedido aseo lingüístico de un cornudo (con perdón por algunos que se sientan aludidos), que poseía una bolsa escrotal del tamaño de Brasil. Con esos lengüetazos vimos cómo alguno/a se ponía más caliente que el queso de un San Jacobo, ante la insólita estampa de baño.
AUTOLAVADO "EL ASTADO" |
Romería de la Virgen del Lodo |
Llano de las Tumbas |
Tumba antropomórfica |
Y para bajar la ruborización de Johnny, el Guía de Paco Tilla decide llevárselo a investigar dónde carajo se encuentra la tumba de Gabriel Moreno, el arrendatario del Molino de San José, que está más perdía que un profesor del Este a la hora de montar Guardia.
Tras serpentear unos pocos metros por la ladera se encontraron solos ante el peligro. De nuevo el infarto de Walker se acerca. Dos furiosos jabalíes nos esperan abajo. Sacamos la cámara con celeridad para inmortalizar nuestra primera vez (no piensen mal). Jamás habíamos visto nada semejante a tan pocos metros. Digo pocos, a escala del Zoom de Johnny, porque lo que es acercarnos, no nos acercamos ni de coña. ¡Qué valerosos caballeros! Teníamos más miedo que cuando el equipo directivo suelta un papelito el Jueves a última hora, temiendo con pavor un Claustro al día siguiente. Al final, resultaron ser un par de esos cerdos hibridados que existen en el Parque, y que no son tan fieros como parecían en un principio.
Retornamos al epitafio bocadillero con intención de buscar nuestra siguiente estación: la famosa Chorrera de la Garganta del Capitán.
“Todo se nubla a mi alrededor”, cantaban los Hombres G(ays). Y es que llegó una tormenta, y de las gordas. Bajo nuestros pies sentimos vibraciones como cuando Godzilla baila “el caballo camina pa´lante, el caballo camina pa´tras”. Han llegado. Son ellos. Mis queridos niños, con madres, bocatas y una terrible sed de encontrar tesoros por gps, eso que está tan de moda. Un huracán de Scouts a pleno sol. Salimos pitando de allí, antes de que taponaran al vacío la chorrera. Corrimos como gamos con chinchetas en las patas, y llegamos al salto de agua saltando como cabras por la ladera de alcornoques. Esta parte del recorrido le encantó a Barbie de Luto.
Y vuelve el terror en el espíritu de la expedición. Esta vez a SuperCan Rocky (porque Rocco era antes de su reciente castración) y a Coda Calor Aloscomensales se les pusieron las patas callosas de tanto frenar ante el obligado descenso a la poza. Finalmente, y con bastante sacrificio por parte de sus amos Trompaman U y Laura Violeta, logramos llegar abajo del todo.
Coda anclándose a la roca |
Al fondo, Monitas (guapitas) en la jungla. A la derecha, intentando bajar a los canes |
Primeros "abducidos" por la Chorrera |
Sobre una roca, la Salsera de la mala follá granaína (bien follá por valenciano) soportó estoicamente junto a su chorbo la leyenda urbana que se cierne sobre la Garganta. Otro petulante sermón más de nuestro Guía.
Total, que cuando llevábamos allí un buen rato tranquilamente, descansando y reponiendo fuerzas, de nuevo, damas y caballeros, con todos ustedes: la espectro Cristina de Lucía, con compañía de baile y todo. ¿Es que no más hay sitios dende los alumnos puedan ir a disfrutar del fin de semana? Parece ser que no; que no encontraba lo que buscaba con ahínco roca tras roca. Jack Daniel creía que buscaban setas u hongos, no sabemos si alucinógenos para inspirarse con la vara de su trombón. Mas Johnny Walker, en un alarde de valentía, cruza el Estrecho de la Chorrera en la patera de sus flamantes y submarinas botas, con el propósito de atosigar a preguntas a la trombonera familia sobre el cometido de su búsqueda. Resulta que eran Scouts autónomos, también en busca del tesoro. Pero parecían buscar cangrejos, pues levantaban piedra tras piedra, encontrando más que el tesoro, agujetas para dos semanas seguidas.
Chorrera de la Garganta del capitán. Por cortesía de Trompaman U |
Allanamiento de azulina. Por cortesía de Trompaman U |
"Pajarico que al alba me dexas" |
Huyendo de la agüita amarilla |
La Salsera de la mala follá granaína habló poco en el camino, para lo dicharachera que ella siempre ha sido; y es que, tó se pega menos lo bonito. Debería volver más a menudo. Se pasó casi toda la vuelta hablando con Magistrada Acelerada, la jueza de las Taquicardias.
Casi en el final de la excursión, SuperCan Rocky, envalentonado para impresionar a su dama Coda Calor, púsose a ladrar con bramidos y a echarle cohones a una vaca retinta, que con solo levantar la pata podría haberle hecho pasar a mejor vida. Y Trompaman U, con la expresión tan fallera “ya se apañará”, pasó de su mascota como el que no quiere la cosa.
Vestigio del pasado |
SE BUSCA Caballo fugado de la Cárcel de Botafuegos. RECOMPENSA: 2 PARRILLADAS |
Mirada desafiante a Super Can Rocky |
Gracias a tod@s por este agradable viaje. Esperemos que nos juntemos más veces. Sobre todo si es para jalar parrilladas a pares.
CURIOSIDADES
GARGANTA DEL CAPITÁN, ¿POR QUÉ ESE NOMBRE?
Hay una leyenda que cuenta que en noches de luna llena se aparece el espíritu de un tal Gabriel Moreno Pantisco sobre la Garganta. Luchó parece ser en la Guerra con Dinamarca, y que fue apodado a su regreso como “El Capitán”. Quiso restaurar la Constitución de Cádiz, conspirando contra el monarca absolutista Fernando VII, lo cual terminó en un intento frustrado, tras lo cual se echó al monte y se unió a un grupo de bandoleros, actuando como una especie de Robin Hood que repartía el botín robado a los viajeros para repartirlo entre los pobres.
Acosado por la Compañía de Escopeteros de Getares, destinada temporalmente a perseguir a quienes robaban en los caminos de la Sierra de Algeciras, se despeñó con el caballo o fue abatido a tiros, esto no está claro del todo. De ahí que el lugar de su muerte pasase a llamarse desde entonces como la Garganta del Capitán.
TUMBA DE GABRIEL RAMÓN MORENO, EL OTRO GABRIEL MORENO
La casualidad quiso que en la zona muriera otro Gabriel Moreno, pero en este caso era Gabriel Ramón Moreno. Su tumba se encuentra cerca del Molino de las Cuevas, y la gente piensa que pertenece a la sepultura de “El Capitán”. Pero las investigaciones han arrojado luz suficiente como para saber que se trataba del arrendatario del Molino de San José, y que murió a causa de la terrible epidemia de cólera morbo que hubo en Algeciras durante el Siglo XIX. Se encargó una cruz para la lápida a un cantero. El epitafio que puede leerse es el siguiente: “Aquí yace Gabriel Moreno, que falleció en 13 de junio de 1834 a los 77 años de edad”.
Pero como ya dije en párrafos anteriores, no pudimos visitar este sitio. Queremos hacerlo en breve. Que lo disfruten los que consigan verlo.
(Existen fotos en la web).
TUMBAS ANTROPOMORFICAS
ARROYO DE LA FUENTE SANTA, !SALUD!
Las aguas del Arroyo de la Fuente Santa, y las del Arroyo de la Negra, siempre tuvieron propiedades medicinales. El Arroyo de la Fuente Santa contaba con un manantial en la Dehesa del Saladillo, cuyas aguas hidrosulfúricas eran utilizadas por los algecireños para tratar afecciones cutáneas. Existía una alberca donde la población, durante la temporada de baños, acudía allí para recibir el beneficio de sus aguas. Incluso, en el Siglo XIX, se pensó en construir un balneario para fomentar el turismo, lo cual nunca se ejecutó, como tantas y tantas cosas prometidas a los algecireños a lo largo de su Historia.
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